domingo, 23 de octubre de 2011

Guillermo Mejía, El hombre detrás del candidato

Guillermo Mejía Correa es el candidato de Sentido Común al Concejo de Bogotá,
avalado por el Partido Liberal, con el número L-18 en el tarjetón.


Participación como clave de la activación ciudadana
La escéptica reacción de los jurados de su tesis de grado como arquitecto de la Universidad de los Andes no podía haber sido diferente, por cuanto el planteamiento de Guillermo Mejía suponía que la gente común podía hacerse parte en el proceso de diseño de su vivienda, esquema nada frecuente ni deseable desde la visión de la Academia.

Muchos años después, ya en la madurez de su profesión, aquel elemento central de su tesis de grado lo hizo acreedor a una beca de estudio otorgada por la acreditada ONG internacional con base en Inglaterra, la BSHF (Building Social and Housing Foundation), con la cual representó a Colombia en La Habana, Cuba. Para sorpresa de Mejía, el programa ganador del premio mundial Hábitat otorgado por la BSHF el año inmediatamente anterior, Arquitecto de la Comunidad, que sintetiza aún la política habitacional de la isla, se basa justamente en los mismos enunciados planteados por Mejía como proyecto de grado: La participación del usuario en el diseño de su vivienda genera sentido de pertenencia e identidad hacia el entorno, a cambio del efecto impersonal de las viviendas comerciales comunes y corrientes.

Del estudio del programa cubano, Mejía decantó la importancia del máximo aprovechamiento de los recursos humanos y materiales, condición obligada en las políticas estatales del régimen castrista, que para el caso del programa Arquitecto de la Comunidad optimiza el conocimiento temprano de los estudiantes de últimos semestres de arquitectura, poniéndolo a disposición de la comunidad para, con miras a la solución de infinidad de carencias, unas menores, otras no tanto, pero en general mediante la inversión de muy pocos recursos económicos, acorde a la situación de la isla, en especial durante la década del 90, cuando el bloqueo económico golpeó más fuertemente a los cubanos.
Así las cosas, resulta apenas normal que el concepto de participación ciudadana sea el caballito de batalla del arquitecto, sobre el cual construyó, junto con un grupo de profesionales de distintas áreas, el movimiento ciudadano Sentido Común, que trabaja hoy de cara a las elecciones a Concejo de Bogotá con Mejía como candidato, con el aval del Partido Liberal.

De la indignación a la acción
Autor de varios blogs, previamente a la formación de Sentido Común, Mejía dio vida a don Títere Sin Cabeza y a un sinnúmero de personajes que acompañan su patriótica gesta, dedicada en gran parte al turismo, y en mínima a la diplomacia. Su señora, doña Dolores Fuertes de Cabeza, da fe de ello permanentemente, ya sea en el panorámico desierto de Atacama, en un safari en África, o en las riberas de La Corse en el Mediterráneo, siempre ataviada para la ocasión, gracias al buen gusto de don Hernán Zajar.

Pero la cosa no iba dirigida sólo al humor, aquel que viene de familia y lleva en el ADN, según dicen sus amigos. Con la popularidad de sus blogs, no todos de humor, Mejía adquiere cierto prestigio como comentarista de la actualidad y analista político. De sus escritos pasa luego a Facebook, donde consolida colectivamente una línea de pensamiento que posteriormente se convertirá en su pasión de hoy, la actividad política, vena que ya mostraba desde muy temprano, pero nunca antes se decidió a ejercer.

Así las cosas, Sentido Común nace en las redes sociales y viene de la indignación de muchos cibernautas, a convertirse en una alternativa de acción que propende por el buen uso del poder, entendido este como una herramienta para empoderar al ciudadano, y donde la ciudad está por encima de las ideas partidistas. En la práctica, Mejía busca adelantar una labor educativa de largo plazo que destierre las costumbres politiqueras y por ende la corrupción.

Verde por naturaleza
Su profunda preocupación por el medio ambiente y su sensibilidad hacia el tema de los derechos animales surgen seguramente de su infancia, la cual transcurrió en un medio más rural que urbano, donde aprendió a amar la naturaleza y a respetar la vida animal, rodeado siempre de criaturas de todo tipo, desde insectos y ranas hasta vacas y caballos. Hoy es un decidido antitaurino, y un enemigo del uso de animales para realizar trabajos. Su hijo, activista antitaurino y vegano por razones éticas, es hoy el principal asesor en esta materia y su mayor inspiración en esa lucha a favor de los animales.

Es corriente ver al arquitecto Mejía desplazándose por las ciclorrutas en una bicicleta híbrida, la cual empezó a utilizar como alternativa al pico y placa, pero que terminó usando más que su carro. El incentivo al uso de la bicicleta hace parte de la propuesta ambiental de Sentido Común para mitigar la emisión de gases y cultivar una movilidad a escala humana, muy acorde con su pensamiento. Desde su época de estudiante de arquitectura, antes de que existieran las ciclorrutas, Mejía soñaba con una red de vías para bicicleta muy bien articuladas y señalizadas, con servicios complementarios, como talleres, estacionamientos y baños. Por esta razón admiró la obra emprendida por Peñalosa en este sentido, la cual piensa apoyar y ampliar desde el Concejo. Como dice corrientemente, “la ciudad por encima de la política partidista.”

Su trabajo en el tema de los humedales despertó en Mejía una conciencia casi cósmica con respecto al agua. No es gratuita su empecinada defensa de los trece humedales que quedan en Bogotá, de la preservación del borde norte de la ciudad como reserva forestal, de todos los cerros y zonas verdes, y en especial del páramo de Sumapaz, en donde recientemente se prometió a sí mismo dedicar lo que le reste de vida a colaborar con la salvaguarda de esta maravillosa y codiciada fábrica de agua.  

Sensibilidad y responsabilidad social del liderazgo
Gracias a su conocimiento de la ciudad, adquirido principalmente durante su paso por el Inurbe,  desempeñó con éxito dos cargos directivos que le confirieron una gran experiencia en el campo administrativo público y en los temas de vivienda social y reforma urbana.

Igualmente, el ejercicio de estos cargos disparó el potencial acumulado que tenía Mejía para el servicio a la comunidad. Su dedicación a apoyar a los sectores más vulnerables de la población y su rectitud a toda prueba le valieron la admiración y el aprecio de los funcionarios, de los oferentes de proyectos, y por supuesto de miles de familias beneficiadas con las acciones lideradas por Mejía durante aquella época, que aún recuerda con gran alegría.


Del sueño a la realidad
El futuro para este arquitecto es halagador, pues los retos son su principal deporte. De haber trabajado exitosamente en el poder ejecutivo, pasar al campo legislativo y de control político es algo que no le quita el sueño. Está convencido de su capacidad para lograr un cambio, de que el momento es el apropiado, y de que su paso por el Concejo dejará una huella positiva para las futuras generaciones que habiten la ciudad. Mejía recuerda con frecuencia una frase de su padre, la cual ya aplicó antes: “Un cargo público no es importante por sí mismo. La importancia la dan la voluntad y el esfuerzo de quien lo ejerce.”

De su madre, una mujer integra, dulce y tenaz, como la describe Mejía, le viene el terco empeño de sacar adelante y con alegría, todo lo que se propone. Y cambiar el actual carácter gris del Concejo, por un escenario democrático para el ciudadano común, donde las decisiones se tomen participativamente con la comunidad, es lo que tiene en mente este ciudadano, arquitecto y Quijote que aspira llevar mucho de su sentido común al Cabildo. Quien no tiene sueños, vive muerto, nos dice Mejía. Y como bien decía Facundo Cabral, es mejor naufragar, que nunca haber embarcado.


 
COMITÉ EDITORIAL SENTIDO COMÚN

 



1 comentario:

  1. Definitivamente, pienso que el perfil de Guillermo debe ser ganador. Para trabajar efectivamente desde el Concejo es necesario tener el "know how", pero tener el deseo y el compromiso íntimo con el yo, de sacar adelante aquellas propuestas que sin duda, surgen del conocimiento de las comunidades desiguales. Guillermo sabe y debe ser el elegido por quienes también saben de ambiente y de ecología.

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