miércoles, 2 de noviembre de 2011

Qué ganamos


Sentido Común es un proyecto educativo político que nace de la indignación, con la idea de convertirse positivamente en una alternativa de poder, donde el ciudadano común esté presente de manera real, y no simbólica.

Conformado por personas que intencionalmente evitamos hacer cálculos muy realistas para no claudicar en nuestro empeño, la idea fue tomando cuerpo y creciendo poco a poco. Fueron llegando personas. Muchas permanecieron, unas pocas no han vuelto, pero en conjunto se formó un gran equipo que nos dio fuerza a los fundadores para seguir adelante con la idea. Si la emoción, el compromiso y la alegría se tradujeran en votos, hoy tendríamos asegurada la curul en el Concejo de Bogotá, la que hace unos pocos meses nos propusimos alcanzar para llevar el ideario de Sentido Común a la práctica.

Recuerdo las primeras reuniones y me parece que apenas estábamos jugando a que hacíamos campaña. Todos novatos, cada quien asumía su rol sin importarnos que teníamos en contra el tiempo y la inexperiencia. Hoy ya el tiempo expiró y nos queda la experiencia, que es nuestra verdadera ganancia.

Gracias, muchísimas gracias a las más de 1.700 personas que apoyaron mi nombre, que creyeron en mí y en Sentido Común como su mejor elección para el Concejo. Medir una derrota en votos sería desconocer el valor de las personas que votan por convicción, como es el caso de todos nosotros. Créanme que son el capital más valioso para seguir en la lucha, y desde hoy la razón de ser de un movimiento que desde ya nos pertenece a todos. Su participación directa será nuestra primera meta.

Pues bien, tras una muy dura faena, especialmente en la recta final, hoy amanezco nuevo, y lleno de ganas de sacar adelante la idea central de nuestra propuesta, y lo haré con la concurrencia de todas las personas que de verdad creyeron en el Sentido Común. Tal vez no fueron todas las que estaban, pero la selección natural opera indefectiblemente, y a mi lado se encuentran hoy todas las que son.

Puedo decir sin equivocarme que ganamos. Que hoy somos mucho más de lo que éramos cuando comenzamos, pero sobre todo, que hoy tenemos más claro el qué y el cómo. Y esa es la diferencia entre un sueño y la realidad. Soñamos una mejor ciudad, mejores seres humanos, una sociedad sana. Con seguridad es una meta bastante ambiciosa para un grupo tan pequeño. Pero con lo vivido, con lo construido, ahora entendemos que hacer política es posible, y es posible de otro modo. Ahora solo falta aceitar las maquinarias. La de la voluntad y la del corazón, que es como sabemos trabajar. Nos queda mucho por delante y de nuevo tenemos muy poco tiempo para lograrlo. Adelante, vamos con todo por nuestro ideal con Sentido Común.


Guillermo Mejía



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